
Burt’s Bees nació en 1984 en Maine, cuando Burt Shavitz, un apicultor, y Roxanne Quimby, artista, comenzaron a fabricar velas con cera de abeja sobrante. Poco después crearon su producto más emblemático: el bálsamo labial. Desde entonces, la marca se ha convertido en un referente del cuidado personal natural, con una filosofía basada en la simplicidad, la transparencia y el respeto por la naturaleza.
Su gama de productos incluye cremas, champús, desodorantes, limpiadores faciales y cuidado para bebés, todos formulados con ingredientes de origen natural (entre el 95 y el 99 % en la mayoría de los casos), sin parabenos, ftalatos ni derivados del petróleo.
Aunque fue adquirida por Clorox en 2007, Burt’s Bees ha mantenido su compromiso ético y medioambiental. Utiliza envases reciclables y promueve prácticas sostenibles en toda su cadena de producción, incluyendo instalaciones con emisiones neutras y abastecimiento responsable. Además, a través de su fundación, la marca impulsa iniciativas de conservación de la biodiversidad y protección de las abejas, así como proyectos comunitarios centrados en el bienestar y el medioambiente. Campañas como “Bring Back the Bees” reflejan su enfoque activista dentro del sector del cuidado personal.
